Las ballenas de Groenlandia están sumamente adaptadas a un ciclo de vida que transcurre por completo en las aguas heladas o casi heladas del Ártico y subártico. Esta especie, que se encuentran tanto en aguas del Atlántico norte como del Pacífico, ha desarrollado una gruesa capa de piel y grasa para aislamiento y como fuente de reservas de energía, una cabeza enorme, fuerte e inclinada que le permite romper el hielo de hasta 1 m de espesor y permanecer sumergido durante más de una hora para nadar bajo el hielo1,2. Aunque la ballena de Groenlandia no es la especie de ballena más grande, es una de las más pesadas y, sin duda, la más longeva. Según los datos, pueden vivir hasta 150 años, ¡y tal vez hasta 200 años2-4!
Denominada la "ballena de Groenlandia" o "ballena franca ártica", pocas operaciones comerciales de observación de ballenas se dirigen a esta especie, debido a su hábitat en su mayor parte remoto. No obstante, al ser una especie predominantemente costera de aguas poco profundas, se puede ver desde tierra en algunas partes de su área de distribución. Si bien no se preste a la observación comercial de ballenas, uno de los proyectos de investigación de población más antiguos sobre esta especie cuenta las ballenas que pasan desde una posición elevada de observación en una cresta de presión desde el borde del hielo costero en el norte de Alaska5,6. La ballena de Groenlandia es también una de las pocas especies de ballenas que sigue siendo objeto de caza aborigen de subsistencia, regulada por la Comisión Ballenera Internacional.