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Ballena jorobada Megaptera novaeangliae

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Las ballenas jorobadas son una de las especies de ballenas más observadas y mejor estudiadas.  Presentes en todos los océanos y en muchas zonas costeras asociadas con el turismo costero y marino, representan el centro de atención de las actividades de observación o avistamiento* de ballenas en muchos países del mundo.  La especie es conocida por su espectacular "comportamiento activo en superficie", que puede incluir el salto fuera del agua y el golpeo de aletas y de la cola, su curiosidad ocasional en torno a las embarcaciones de excursión, y su complejo "canto", que se escucha en las zonas de cría en los trópicos.  El soplo de una ballena jorobada o la salpicadura de un salto pueden verse a una distancia de varios kilómetros, lo que hace de la ballena jorobada uno de los objetivos más conspicuos de la observación de ballenas en todo el mundo.  A corta distancia, es difícil confundirla con cualquiera otra especie, debido a las características que se detallan a continuación:

*Nota: En los países hispanohablantes la expresión "whale watching" se traduce como "observación de ballenas" o como "avistamiento de ballenas". En el presente documento se utilizará "observación de ballenas" para mantener la coherencia con el uso en la CBI.

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No debe confundirse con

Dada su distribución cosmopolita, el área de distribución de la ballena jorobada coincide con el de muchas especies de ballenas de grandes dimensiones.  No obstante, a corta distancia, es difícil confundirla con cualquiera otra especie, debido a las características distintivas que se han ilustrado arriba, especialmente las largas aletas y los nódulos de la cabeza.   

Distribución

Las ballenas jorobadas se encuentran en todos los grandes océanos del mundo.  Si bien demuestran en general una preferencia por las áreas de la plataforma continental, se sabe también que atraviesan aguas profundas de altura, y pasan tiempo en torno a los montes submarinos del océano abierto1-3.  

Nativa de los siguientes países**: Nativa de los siguientes países**: Angola**; Anguila; Antigua y Barbuda; Argentina; Aruba; Australia; Bahamas; Bangladesh; Barbados; Benin; Bermudas; Bonaire, Sint Eustatius y Saba (Saba, Sint Eustatius); Brasil; Camerún; Canadá; Cabo Verde; Islas Caimán; Chile; Islas Cocos (Keeling); Colombia; Comoras; Congo; Congo, República Democrática del; Islas Cook; Costa Rica; Côte d'Ivoire; Cuba; Curacao; Dinamarca; Djibouti; Dominica; República Dominicana; Ecuador; El Salvador, Guinea Ecuatorial; Islas Malvinas (Falkland); Islas Feroe; Fiji; Francia; Polinesia Francesa; Territorios Australes Franceses; Gabón; Gambia; Ghana; Groenlandia; Granada; Guadalupe; Guam; Guatemala; Haití; Honduras; Islandia; India; Indonesia; Irán, República Islámica del Irlanda; Jamaica; Japón; Kenya; Kiribati; Corea, República Popular Democrática de; Corea, República de; Madagascar; Malasia; Maldivas; Islas Marshall; Martinica; Mauritania; Mauricio; México; Marruecos; Mozambique; Myanmar; Namibia; Nauru; Nueva Caledonia; Nueva Zelandia; Nicaragua; Nigeria; Niue; Islas Marianas Septentrionales; Noruega; Omán; Pakistán; Palau; Panamá; Papua Nueva Guinea; Perú; Filipinas; Pitcairn; Portugal; Puerto Rico; Reunión; Federación de Rusia; Santa Elena, Ascensión y Tristán da Cunha (Tristán da Cunha); Saint Kitts y Nevis; Santa Lucía; San Martín (parte francesa); San Pedro y Miquelón San Vicente y las Granadinas; Samoa; Santo Tomé y Príncipe; Senegal; Seychelles; Sint Maarten (parte de los Países Bajos); Islas Salomón; Somalia; Sudáfrica; Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur; España; Sri Lanka; Taiwán, Provincia de China; República Unida de Tanzanía; Timor-Leste; Togo; Tonga; Trinidad y Tabago; Túnez; Islas Turcas y Caicos; Tuvalu; Emiratos Árabes Unidos; Reino Unido; Estados Unidos de América; Uruguay; Vanuatu; Venezuela, República Bolivariana de; Viet Nam; Islas Vírgenes Británicas; Islas Vírgenes, Estados Unidos; Wallis y Futuna; Sahara occidental; Yemen;

** Nota: como en muchas poblaciones de ballenas jorobadas están aumentando sus efectivos tras la moratoria sobre la caza de la ballena, parece que la especie está ampliando su área de distribución, y se observa su presencia con mayor frecuencia en áreas donde antes se pensaba que solo hubiera ejemplares ocasionales, incluso frente a las costas de los Países Bajos4, en diversas partes del Mar Rojo5, y en el Mediterráneo6.

Migración:

Cada población conocida de ballenas jorobadas, con excepción de la población en peligro del Mar Arábigo7, realiza largas migraciones estacionales, trascurriendo el período de alimentación del verano en aguas frías productivas situadas en las latitudes altas y los inviernos en zonas tropicales donde se aparean, dan a luz y amamantan a sus crías.  Algunos ejemplares recorren distancias de hasta 8.000 km entre sus zonas de cría y alimentación8.  Las poblaciones del hemisferio austral generalmente se alimentan en torno a la Antártida, entre noviembre y marzo, y migran hacia las zonas de cría cerca del ecuador donde se aparean y dan a luz entre julio y octubre1.  Las poblaciones del hemisferio norte hacen lo opuesto, se alimentan en latitudes altas frente a las costas de los continentes de América del Norte y Europa entre junio y octubre, y se aparean y dan a luz en latitudes bajas en aguas del Caribe, el Pacífico occidental y el Atlántico occidental entre diciembre y marzo o abril (ver mapa más adelante)1,9.

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BIOLOGÍA y ECOLOGÍA

Alimentación

Las ballenas jorobadas del hemisferio austral se alimentan principalmente de krill, pequeños crustáceos parecidos al camarón que son muy abundantes en las aguas de la Antártida10.  Las poblaciones del hemisferio norte se alimentan de una gran variedad de presas, entre ellas muchas especies diferentes de bancos de peces pequeños, como anchoas, arenques, ammodítidos y sardinas1,11.  Las ballenas jorobadas utilizan una variedad de estrategias de alimentación, tales como la alimentación por acometida y por red de burbujas, un proceso en el que las ballenas, bien sea individualmente que en colaboración forman un círculo de burbujas que soplan bajo el agua con el fin de crear un muro o cortina de burbujas que rodea a pequeños cardúmenes, facilitando de este modo la captura en una sola embestida o trago a través del centro de la cortina de burbujas12,13.  Las ballenas jorobadas necesitan alimentarse abundantemente durante el verano y el otoño, ya que generalmente ayunan durante la migración y en las zonas de cría y dependen de las reservas de grasa acumuladas para obtener energía durante esos meses.  Hay sin embargo datos de que al menos algunas ballenas se alimentan en modo oportunista durante la migración o en latitudes más bajas asociadas con los hábitats de cría.14-16 Hay asimismo pruebas de que al menos algunos ejemplares de determinadas poblaciones renuncian totalmente a la migración en algunos años y permanecen en las zonas de alimentación durante los meses de invierno.  Los cambios en la productividad de los océanos, probablemente como consecuencia del cambio climático, han contribuido casi ciertamente a algunos de los cambios o anomalías observados recientemente en los modelos de migración y en las zonas de alimentación14,17.  La población no migratoria de ballenas jorobadas del Mar Arábigo, probablemente se desvinculó de otras poblaciones de ballenas jorobadas del Océano Índico hace unos 70.000 años aproximadamente18, proceso más probablemente facilitado por el afloramiento estacional de aguas frías, ricas en nutrientes, creando oportunidades de alimentación en las mismas áreas idóneas para el apareamiento, el parto y la lactancia

Reproducción

Las ballenas jorobadas se aparean principalmente en sus zonas de cría situadas en los trópicos durante los "meses de invierno" (Julio-octubre en el hemisferio austral y diciembre a marzo en el hemisferio norte).  Una hembra preñada nada miles de kilómetros hacia las zonas de alimentación templadas o polares ricas de nutrientes, a fin de recobrar suficientes fuerzas y masa corporal para un parto y lactancia satisfactorios, alimentándose abundantemente durante varios meses.  Las hembras grávidas suelen llegar antes que los machos o las hembras no embarazadas y las ballenas jóvenes.  Luego vuelven a la zona de cría para dar a luz tras un período de gestación de 11,5 meses aproximadamente3.  Madres y crías permanecen generalmente en aguas poco profundas protegidas19, donde las crías se amamantan y adquieren el peso y las fuerzas necesarias para volver a migrar a las zonas de alimentación.  Los machos en las zonas de cría participan en comportamientos competitivos agresivos para obtener acceso a las hembras20, y producen también largos cantos complejos, con todos los machos de la población que cantan más o menos el mismo canto, pero cambiándolo gradualmente en el curso de una temporada de cría21.  

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Investigación y conservación

Research 

Gran parte de lo que conocemos hoy acerca de las ballenas jorobadas se ha adquirido a través de estudios de fotoidentificación, en los que las distintas ballenas han sido fotografiadas y reconocidas a lo largo del tiempo por la singular estructura dentada y los patrones de los bordes y del envés de los lóbulos caudales.  En poblaciones bien estudiadas, tales como las que se encuentran en las zonas de alimentación de Alaska y del Golfo de Maine, algunos ejemplares de ballenas han sido objeto de seguimiento durante más de 40 años22. Tecnologías como el muestreo genético y la telemetría por satélite (pequeños dispositivos que, aplicados a las ballenas, trasmiten su posición geográfica a receptores satelitales) permiten a los investigadores seguir de cerca los desplazamientos de las ballenas y conocer más a fondo sus migraciones (estacionales), y el uso detallado del hábitat en las zonas de cría y las zonas de alimentación23.  Se encontrará más información sobre las técnicas de investigación utilizadas para el estudio de las ballenas y los delfines clicando aquí.

Amenazas y estado de conservación

Depredadores naturales:

Las ballenas jorobadas muestran a menudo cicatrices dispuestas en forma de rastrillo en su cuerpo, que indican que han sobrevivido a un ataque de orcas.  Algunos investigadores han considerado que la amenaza de ataques de las orcas, sobre todo en las crías vulnerable, repercute en gran medida en el comportamiento y la migración de las ballenas jorobadas24-26.  También los grandes tiburones son posibles depredadores de esta especie, sobre todo de ballenatos muy jóvenes27.


Amenazas de origen humano

Las ballenas jorobadas pueden estar expuestas a riesgo de una serie de amenazas, como el enredo en las artes de pesca, las colisiones con las embarcaciones, la degradación del hábitat, las actividades de desarrollo relacionadas con la extracción del petróleo y el gas y el cambio climático17.  La importancia de los efectos de estas amenazas varían entre las poblaciones.  Suscitan especial preocupación las poblaciones de tamaño reducido o que tienen un área de distribución restringida, tales como la población en peligro del Mar Arábigo7.

Estado de conservación

Muchas poblaciones de ballenas jorobadas fueron objeto de caza intensiva durante el decenio de 1960, cuando en las actividades balleneras soviéticas seguían capturándose ballenas en los océanos australes, el Pacífico y el Mar Arábigo, no obstante el acuerdo de la CBI de 1963 de detener la caza de esta especie28-30.  La mayor parte de las poblaciones de ballenas jorobadas se están recuperando bien. Por ejemplo, en una evaluación reciente de la CBI de la situación de las ballenas jorobadas del hemisferio austral se estimó que los efectivos mundiales oscilaban en torno al 70% del número de ballenas que se cree existían en el hemisferio austral antes de que comenzara la caza.  A nivel mundial, la clasificación de la especie ha pasado de un estado de "vulnerable" a la de "menor preocupación" en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN31.  Sin embargo, figura en el Apéndice 1 de la Convención sobre las Especies Migratorias (CMS), y determinadas poblaciones, como las que se encuentran en el Mar Arábigo, están clasificadas como "en peligro" por la, UICN7, así como en la Ley de Especies Amenazadas de los Estados Unidos (ESA).32, y en la CBI33.

Las ballenas jorobadas siguen todavía cazándose en muy pequeñas cantidades en virtud de los permisos de la aboriginal subsistence whaling (caza de subsistencia de aborígenes), por lo que la CBI ha establecido cupos moderados y sostenibles en Groenlandia y San Vicente y las Granadinas.  Es posible también que se cacen pequeñas cantidades de ballenas jorobadas en torno a la isla de Pagalu en el Golfo de Guinea, pero no se dispone de datos recientes.

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Las ballenas jorobadas y la observación de ballenas

Las ballenas jorobadas son una de las especies más frecuentemente elegidas como objetivo para la observación de ballenas en todo el mundo.  El hecho de que a menudo es posible acercarse a ellas, y estas adopten comportamientos curiosos de observar, tales como los saltos, el golpeo de la cola y de las aletas pectorales. Todo ello las convierte en objetivos ideales para el turismo.  Aunque los estudios realizados indican que se dispone de respuestas a corto plazo a las embarcaciones de observación de ballenas, que pueden afectar a su bienestar a largo plazo34,35, no hay por ahora datos que sugieran que la observación responsable de ballenas repercuta negativamente en las ballenas jorobadas a nivel de población,36 y muchas de las poblaciones de ballenas jorobadas más observadas continúan aumentando sus efectivos36,37.  Pero, dadas las crecientes presiones que derivan de otras amenazas en todo el mundo (véase más arriba) y el estrés que puede provocarse a algunas ballenas por una presencia de embarcaciones demasiado cercana o prolongada, es sumamente importante que la observación de ballenas no incremente las amenazas, sino que contribuya a la conservación mediante la aplicación de las directrices para la observación responsable de ballenas. 

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Referencias

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  1. Clapham, P. J. in Cetacean Societies   (eds J. Mann, R.C. Connor, P.L. Tyack, & H. Whitehead)  173-196 (University of Chicago Press, 2000).
  2. Cerchio, S. et al. Satellite telemetry of humpback whales off Madagascar reveals insights on breeding behavior and long range movements within the Southwest Indian Ocean. MEPS 562, doi:10.3354/meps11951 (2016).
  3. Clapham, P. in Encyclopedia of Marine Mammals   (eds W. Perrin, B. Wursig, & J.G.M. Thewissen)  582-584 (Elsevier, 2009).
  4. Ryan, C. et al. A longitudinal study of humpback whales in Irish waters. Journal of the Marine Biological Association of the United Kingdom 96, 877-883 (2016).
  5. Notarbartolo di Sciara, G., Kerem, D. & Smeenk, C. Cetaceans of the Red Sea. CMS Technical series (In press).
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  11. Fleming, A. H., Clark, C. T., Calambokidis, J. & Barlow, J. Humpback whale diets respond to variance in ocean climate and ecosystem conditions in the California Current. Global Change Biology, n/a-n/a, doi:10.1111/gcb.13171 (2015).
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  13. Jurasz, C. M. & Jurasz, V. P. Feeding modes of the humpback whale, Megaptera novaeangliae, in Southeast Alaska.  31, 69-83 (1979).
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  21. Winn, H. E. et al. Song of the humpback whale - population comparisons. Behavioral Ecology and Sociobiology 8, 41-46 (1980).
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  25. Mehta, A. V. How important are baleen whales as prey for killer whales (Orcinus orca) in high-latitude waters? , Boston University, (2004).
  26. Mehta, A. V. et al. Baleen whales are not important as prey for killer whales Orcinus orca in high-latitude regions. Marine Ecology Progress Series 348, 297-307 (2007).
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  28. Clapham, P. J. et al. Catches of Humpback Whales, Megaptera novaeangliae, by the Soviet Union and Other Nations in the Southern Ocean, 1947–1973. Marine Fisheries Review 71 (2009).
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  33. IWC. Report of the Scientific Committee of the International Whaling Commission 2016:  Annex H:  Report of the Sub-Committee on Other Southern Hemisphere Whale Stocks. 44 (International Whaling Commission, Bled, Slovenia, 2016).
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  35. Stamation, K. A., Croft, D. B., Shaughnessy, P., Waples, K. A. & Briggs, S. V. Behavioral responses of humpback whales (Megaptera novaeangliae) to whale-watching vessels on the southeastern coast of Australia. Marine Mammal Science 26, 98 - 122 (2010).
  36. Weinrich, M. & Corbelli, C. Does whale watching in Southern New England impact humpback whale (Megaptera novaeangliae) calf production or calf survival. Biological Conservation 142, 2931–2940 (2009).
  37. Andriolo, A., Kinas, P., Engel, M., Martins, C. & Rufino, A. Humpback whales within the Brazilian breeding ground: distribution and population size estimate. Endangered Species Research 11, 233–243 (2010).

 

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