Historia y contexto
La observación comercial de ballenas y delfines en el Mar Mediterráneo noroccidental comenzó a afianzarse en la década de 1980 y ha venido creciendo de manera constante durante los últimos 40 años1,2. Las excursiones en aguas situadas frente a las costas de Francia, Mónaco e Italia pueden incluir encuentros con delfines listados, mulares y de Risso, así como ballenas piloto de aleta larga, ballenas zifios de Cuvier, rorcuales comunes y cachalotes. A medida que la industria fue creciendo de manera constante, las ONG, los administradores y los científicos comenzaron a cuestionar los efectos que los encuentros de observación desde embarcaciones y de "nado con" podrían producir en las poblaciones objetivo de ballenas y delfines. Entretanto, el Acuerdo sobre la Conservación de los Cetáceos del Mar Negro, el Mar Mediterráneo y la Zona Atlántica Contigua (ACCOBAMS) y el Acuerdo de Pelagos sobre la creación de un santuario de mamíferos marinos en el Mar Mediterráneo, que comparten el objetivo de reducir las amenazas y perturbaciones a los cetáceos, reconocieron la necesidad de reglamentar la industria de observación de ballenas. En este contexto, el Parque Nacional Port-Cros, el organismo encargado oficialmente de la aplicación de los compromisos de Francia en el Santuario de Pelagos, elaboró en 2001 el primer Código de Buena Conducta para la observación de ballenas. Poco después, en 2002, ACCOBAMS adoptó la Resolución 1.11, proponiendo directrices regionales para las actividades comerciales de observación de ballenas.
Como paso siguiente, las partes interesadas de la región colaboraron para determinar y evaluar las actividades de observación de ballenas en la región del ACCOBAMS. En 2004, se realizó otro estudio para identificar a los operadores de observación de ballenas en Italia. La ONG francesa Souffleurs d'Ecume, en colaboración con otras ONG y el Parque Nacional de Port-Cros realizaron un segundo estudio en 2005. Se llegó a la conclusión de que muchos de los 25 operadores que ofrecían excursiones en aguas situadas frente a las costas francesa del Mediterráneo llevaban a cabo prácticas que no eran sostenibles3. Al menos cinco de los operadores ofrecían encuentros en el agua con ballenas o delfines, lo que requería acercamientos muy próximos y la colocación de los nadadores en la ruta de los cetáceos que se aproximaban. Se documentó que trece de los 19 operadores realizaban acercamientos intrusivos, lo que generó preocupaciones sobre los efectos a largo plazo de esta actividad.
Esta primera evaluación completa demostró claramente la necesidad de adoptar alguna forma de reglamentación de la observación comercial de ballenas para asegurar prácticas más sostenibles y el bienestar de las poblaciones objetivo.
No obstante, en esa época la observación de ballenas no estaba reconocida formalmente ni por las leyes francesas ni las italianas como una categoría formal de actividad comercial, ni existían tampoco reglamentos formales sobre encuentros acuáticos, distancias de aproximación de las embarcaciones o normas para las excursiones de observación de ballenas2,3. Para contribuir a colmar esta laguna, Souffleurs d'Ecume colaboró con los operadores turísticos de observación de ballenas, el Parque Nacional Port-Cros y los mencionados dos Acuerdos a fin de elaborar un "Cahier des Charges» (pliego de especificaciones técnicas). Este documento fue un perfeccionamiento del Código de Buena Conducta, y contenía directrices claras, así como una lista de compromisos, que los operadores habían de aplicar para limitar los efectos perjudiciales de sus actividades sobre los cetáceos y el medio ambiente marino. Este proceso llevó al establecimiento oficial de un certificado de Alta Calidad en la Observación de Ballenas® (HQWW®) mediante la Resolución 3.23 de la ACCOBAMS de 2007 y la Resolución del Acuerdo Pelagos 4.53 de 2009, por la que se aprobaba la creación del certificado en el Santuario
Después de siete años de consultas y colaboración entre las Partes en los Acuerdos, con la participación de científicos, las ONG, representantes de la industria y administradores, quedó ultimado, listo para su evaluación, el marco y contenido del certificado, elaborado conjuntamente por los dos Acuerdos, y en 2012 se llevó a cabo el primer curso experimental de capacitación. para operadores turísticos. El curso fue ofrecido por la ONG designada por el gobierno francés - Souffleurs d'Ecume (fundada y dirigida por los autores del estudio de 2005) - con el apoyo del Parque Nacional Port-Cros. En 2014, ACCOBAMS registró el certificado y la marca High Quality Whale Watching® (HQWW®), así como el logotipo de "High Quality Whale Watching®" y el Reglamento que rige su uso, en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Así, se emitió el Certificado HQWW®, a través de un asociado francés de ACCOBAMS/Pelagos, a 11 operadores franceses que realizaron el curso y se comprometieron a adherirse al Código de Buena Conducta conjunto Pelagos/ACCOBAMS establecido en la marca registrada HQWW® de ACCOBAMS 4.
El certificado HQWW® se adoptó oficialmente en 2016 mediante la aprobación, por las Partes en ACCOBAMS, de la Resolución 6.20 sobre actividades comerciales de observación de cetáceos en el área del ACCOBAMS, junto con un mecanismo de aplicación nacional a través de los Asociados de ACCOBAMS que habían solicitado la admisión como Asociados de la marca HQWW® de ACCOBAMS. La aplicación del Certificado HQWW® fue oportuna, ya que en un estudio de 2014 se documentó un aumento anual del 3,5% del número de operadores que ofrecían excursiones de observación de ballenas en el Mediterráneo francés y se describieron una serie de áreas de alto riesgo de colisiones con embarcaciones y de perturbaciones relacionadas con la observación de ballenas2.