Historia y contexto
Las personas viajan literalmente a los confines de la tierra para ir a ver ballenas. Durante el verano austral (finales de octubre a marzo), pueden encontrarse muchas ballenas del hemisferio sur que aprovechan la increíble productividad de las aguas que rodean el continente antártico. Se encuentran allí ballenas jorobadas y minke en gran número, sobre todo hacia el final de la temporada, deleitándose de la abundancia de krill. Es también normal la presencia de orcas y otras especies, tales como la ballena azul, el rorcual común, la ballena sei, la ballena franca austral y cachalotes, aunque la observación de éstas se realiza con menor regularidad.
Los cruceros vacacionales a la Antártida ofrecen a los turistas la oportunidad de ver ballenas y otras especies de fauna silvestre en uno de los lugares más remotos e impresionantes imaginables. El número de embarcaciones y turistas que visitan el Océano Austral ha aumentado constantemente desde 1991, a una tasa media anual de al menos el 16%1. En la temporada turística de 2016/17, visitaron la Antártida 44.367 personas con fines turísticos2. El número de operadores turísticos que ofrecen excursiones a la Antártida ha aumentado de 10 en 1992/93 a 38 en 2016/17; el número de buques de 12 a 47; y el número de cruceros de 50 a 2982. En la temporada 2017/18 se espera la llegada de unos 348 cruceros a la Antártida 2.
Los cruceros a la Antártida se llevan a cabo en diferentes tipos de embarcaciones, desde pequeños barcos de vela o de motor (con menos de 12 pasajeros) a las expediciones más comunes de cruceros de expedición más grandes que transportan hasta 500 pasajeros. Estos cruceros utilizan botes inflables más pequeños motorizados o botes de desembarque de casco rígido para transportar pasajeros a ver la fauna silvestre de litoral, o para acercarse a las ballenas y otras especies de fauna silvestre en el mar. Solo unos pocos buques de "cruceros" que transportan más de 500 pasajeros carecen de autorización a desembarcar pasajeros, limitándose los turistas a observar la fauna silvestre desde las cubiertas del buque a distancias más remotas.
La mayoría de los cruceros parten de puertos meridionales de América del Sur, tales como Ushuaia (Argentina), Punta Arenas (Chile) o Montevideo (Uruguay), y centran sus excursiones turísticas en el extremo septentrional de la Península Antártica. Estos cruceros pueden incluir visitas a las cercanías de las Islas Malvinas (Islas Falkland) y Georgia del Sur. Como alternativa, hay un número menor de cruceros que parten de Hobart (Australia) o de Lyttelton o Bluff (Nueva Zelandia) y llevan a los turistas al mar de Ross al otro lado del continente antártico. Hay también un número muy reducido de excursiones turísticas de comienzo o final de temporada que parten de Ciudad del Cabo o Port Elizabeth (Sudáfrica). En los últimos años, se ha utilizado una pista de aterrizaje en la Isla Rey Jorge para eliminar 24-48 horas de viaje cruzando el Pasaje de Drake desde y hacia las aguas antárticas. No obstante, debido a las condiciones meteorológicas, los vuelos son limitados y pueden resultar poco fiables, ya que causan graves trastornos en los horarios de las excursiones cuando no hay vuelos disponibles.
Normalmente, los cruceros suelen durar entre 10 días y 3 semanas, con un costo medio estimado en 2008 de más de 6.000 USD por persona. Las excursiones turísticas suelen combinar una serie de elementos, tales como visitas a pingüinos y focas y colonias de nidificación de aves, visitas a las estaciones científicas sobre el terreno, excursiones a pie y, por supuesto, la observación de ballenas. Se ha estimado que aproximadamente el 13% del tiempo empleado en todos los cruceros a la Antártida se dedica a la observación de ballenas1.