Ecuador

Ecuador es una de las regiones con mayor biodiversidad en el planeta. Su geografía, geología, topografía y clima únicos le han valido al país la etiqueta de ser megadiverso¹, un título que no muchas naciones pueden pretender.  Se han documentado treinta especies diferentes de ballenas y delfines en las aguas de Ecuador, que van desde las regiones costeras del Pacífico hasta las regiones de agua dulce de la selva amazónica y las Islas Galápagos².  Además, con las primeras excursiones comerciales de observación de ballenas que se ofrecieron ya en la década de 1980, Ecuador ha sido un país pionero en el turismo de observación de ballenas en América Latina³.

El turismo comercial de observación de ballenas ha beneficiado considerablemente a las comunidades locales de la costa del Pacífico y del Amazonas.  Ha aportado mejoras a su calidad de vida, así como a la conservación de su patrimonio natural a través del ecoturismo.

Especies objetivo, períodos del año de máxima afluencia y lugares de observación:

 La observación de ballenas se promueve en cuatro provincias costeras del Ecuador.  Los principales puertos e islas donde se ofrece la observación de ballenas son los siguientes: Atacames, Súa, Muisne en la provincia de Esmeraldas; Pedernales, Manta, Puerto López, Isla de la Plata, Isla Salango y Puerto Cayo en la provincia de Manabí; Atacames, Ayangue y Monteverde en la provincia de Santa Elena; y la isla de Jambelí y Santa Clara en la provincia de D’el Oro.  Las ballenas jorobadas son la principal especie objetivo para la observación de ballenas. Esta especie se desplaza desde las zonas de alimentación de la Antártida a la costa del Pacífico de Ecuador para aparearse, dar a luz y amamantar a sus crías entre junio y octubre^4,5. En las excursiones se encuentran también ocasionalmente ballenas de Bryde, delfines comunes, delfines manchados pantropicales, orcas y ballenas piloto.

Los delfines mulares están presentes durante todo el año en varios lugares a lo largo de la costa de Ecuador. Entre los lugares cabe incluir Puerto el Morro y Playas de Villamil en la provincia del Guayas.   Las excursiones fluviales en la selva amazónica de Ecuador pueden ofrecer oportunidades de avistamiento de delfines fluviales rosados o delfines tucuxi en la Reserva Animal de Cuyabueno y en los ríos Napo y Cocaya en el Parque Nacional Yasuní.

Los turistas que participan en excursiones entre las islas Galápagos +pueden encontrar también de manera oportunista ballenas de Bryde, ballenas jorobadas, ballenas piloto, delfines mulares, orcas u otras especies.

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Reglamentos y directrices

En 1979 Ecuador creó sus primeras áreas protegidas, entre ellas el Parque Nacional Machalilla, que incluía un componente tanto terrestre como marino. Este parque emblemático constituyó el primer sitio de observación comercial de ballenas y delfines en Ecuador.

En 1990 Ecuador creó oficialmente la Reserva de Recursos Marinos de Galápagos, declarando el área como un "santuario de ballenas", mientras que el resto de las aguas de Ecuador se convirtió en un "refugio de ballenas", prohibiendo todas las actividades que pudieran dañar a estos mamíferos marinos (Decreto Ministerial N^o 196, publicado en el Registro Oficial N^o 458 el 14 de junio de 1990).

En 2001 tuvo lugar la fundación del "Comité de Gestión de la Observación de Ballenas" de Ecuador junto con el primer proyecto de directrices oficiales de observación de ballenas (Reglamentación de Turismo de Ballenas en Ecuador - Acuerdo Ministerial N^o 26, julio del 2001).  Este nuevo comité estuvo integrado por representantes de los Ministerios de Medio Ambiente, Defensa y Turismo, quienes colaboraron para formalizar y aplicar la Reglamentación de observación de ballenas, que entró en vigor formalmente en 2002 y ha sido objeto de diversas actualizaciones desde entonces. La versión en vigor al momento de redactar este perfil es la versión actualizada mediante el Decreto Ministerial Nº 20140004, publicado en el Registro Oficial N^o 278 el 30 de junio de 2014.  Clicar aquí para ver estas directrices en su texto completo en español.

Los principales componentes de esta normativa se pueden resumir como sigue:

• La Reglamentación se aplica a las ballenas jorobadas, los delfines mulares, los delfines del río Amazonas (tanto delfines rosados como delfines costeros) y todas las demás especies que residen o migran a través de las aguas de Ecuador, incluidas las de las islas Galápagos, y están sujetas al turismo marítimo.
• El turismo comercial de observación de ballenas solo puede realizarse en embarcaciones autorizadas con guías calificados, que hayan sido certificados por las autoridades competentes. Según proceda, los operadores y guías deben pertenecer a comunidades locales reconocidas por el gobierno con derechos de gestión de la tierra.
• Las embarcaciones turísticas deben respetar todas las medidas de seguridad especificadas por el Ministerio de Turismo, Medio Ambiente y Asuntos Marítimos.
• Las embarcaciones solo deben acercarse a las ballenas o delfines desde una posición trasera y en ruta paralela a la del animal individual o el grupo, nunca de frente ni rodeando o dividiendo un grupo de ballenas o delfines.
• Los barcos deberán reducir la velocidad a 4 kt/8 km/h en las proximidades de ballenas o delfines.
• Las velocidades de las embarcaciones y los ángulos de acercamiento apropiados deben comenzar dentro de los 400 m con respecto a un grupo de ballenas o 200 m si se trata de un grupo de delfines, y no deberá superar nunca la velocidad del ejemplar más lento del grupo.
• Las embarcaciones deberán mantener una distancia mínima de 100 m de las ballenas y 50 m de los delfines, y avanzar siempre en ruta paralela a la del grupo objeto de observación.  Esta distancia mínima debe duplicarse cuando se trata de madres y crías (200 m en el caso de las ballenas y 100 m en el de los delfines).
• Si una ballena o ballenas se acercan a una embarcación, el capitán deberá poner el motor en punto muerto y esperar a que las ballenas se alejen.  Cuando son los delfines los que se acercan a un barco (por ejemplo, para avanzar nadando en proa), el barco debe mantener una velocidad constante y no cambiar de dirección.
• Un barco no debe detenerse más de 25 minutos con un grupo de ballenas o delfines para continuar su excursión. Este límite de tiempo no deberá superar los 15 minutos en presencia de madres con crías.
• No podrán estar presentes más de tres embarcaciones con el mismo grupo de ballenas/delfines.  Si ya hay tres embarcaciones presentes, las otras embarcaciones que lleguen deberán esperar a una distancia no inferior a 500 m hasta que se marchen las que ya estaban presentes.
• Las siguientes actividades están estrictamente prohibidas durante los excursiones de observación de ballenas:
  • Nadar o practicar el buceo con esnórquel con ballenas o delfines;
  • Pescar y realizar cualquier otra actividad que no sea compatible con el observación de ballenas;
  • Tener contacto físico con ballenas o delfines;
  • Realizar cualquier forma de acoso o daño.
  • Alimentar ballenas o delfines;
  • Tirar/abandonar basura en el agua.
• La Reglamentación puede ser impuesta por los Ministerios de Medio Ambiente, Turismo, Transporte y Obras Públicas, y Defensa Nacional, en colaboración con la Secretaría Técnica del Mar.

En 2017, el Ministerio de Turismo junto con la Pacific Whale Foundation publicó una Guía para la observación de ballenas en Ecuador. Esta Guía se puede consultar clicando aquí.  Durante este tiempo se ha impartido también capacitación con certificación a 102 guías provenientes de las cuatro provincias costeras en las que se realiza la observación de ballenas.

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La investigación sobre la observación de ballenas en Ecuador

Un equipo de seguimiento mediante teodolitos instalados en la costa realizó en 1998 y 1999 un experimento "natural" para observar las relaciones entre el tráfico de observación de ballenas y el comportamiento de las ballenas en torno a la Isla de la Plata en el Parque Nacional Machalilla. Este estudio fue diseñado para medir las reacciones a corto plazo de las ballenas ante la actividad de las embarcaciones de observación de ballenas que se desarrolla típicamente en esta área, por dos razones: (1) determinar la naturaleza de la respuesta de las ballenas, en su caso, para evitar ese tráfico, con el fin de redactar directrices de observación de ballenas que ayuden a los navegantes locales a comprender cuándo su actividad puede estar perturbando a las ballenas; y (2) cuantificar la magnitud de cualquier respuesta para evitar dicho tráfico, a fin de examinar de qué manera esta población relativamente poco estudiada se comporta en torno a las embarcaciones en comparación con la respuesta de las ballenas en otras áreas de observación de ballenas. Se midieron la velocidad de nado y la linearidad de la trayectoria de las ballenas jorobadas en ausencia de embarcaciones, y se tomó nota de cómo cambiaban esos parámetros cuando llegaban las embarcaciones. Cuando las ballenas entraban en el área de estudio acompañadas de embarcaciones, se tomaba nota de las variaciones de comportamiento de las ballenas cuando se marchaban las embarcaciones. Las ballenas jorobadas reaccionaban al acercamiento de las embarcaciones de observación de ballenas aumentando considerablemente la velocidad de nado y adoptaban una ruta mucho más directa cuando las embarcaciones se marchaban⁶.

En un estudio realizado en 2014 se examinaron los efectos socioeconómicos de la observación de ballenas en Puerto López, en el Parque Nacional Machalilla.  El estudio reveló que en 2014, cerca de 40.000 turistas generaron casi 3 millones de dólares en gastos directos (excursiones de observación de ballenas) e indirectos (alojamiento, transporte, comidas, recuerdos, etc.) relacionados con la observación de ballenas.  En el estudio se mostró también que durante un período de 7 años, entre 2007 y 2014, el gobierno había invertido más de 30 millones de USD en infraestructuras e instalaciones turísticas (museos, paseos marítimos, mercados turísticos, estaciones de autobuses, centros de información, etc.) en el Puerto principal del parque. Puerto Lopez.⁷  Se espera que esta inversión estimule el crecimiento ulterior del turismo y beneficie a la población local.

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