Historia y contexto
Kenya es conocida por su fauna silvestre terrestre - un destino de ensueño para los safaris organizados para ir a ver los «5 grandes» en el icónico paisaje de tierras de sabana punteadas de acacias. Pocos turistas asocian a Kenya con la observación de la fauna marina o los delfines, pero el país dispone de hecho de una activa y creciente industria de observación de delfines, así como de una floreciente industria de observación de ballenas.
Las primeras excursiones comerciales de observación de delfines en Kenya se ofrecieron en la década de 1990, ubicando la actividad en las zonas costeras septentrionales y meridionales, que comprenden el Parque y reserva nacional marina de Malindi Watamu (MWMPA por sus siglas en inglés - publicado en el boletín oficial en1968), y el Parque y reserva nacional marina de Kisite–Mpunguti (KMMPA por sus siglas en inglés - publicado en el boletín oficial en 1978). Ambas áreas eran tradicionalmente pueblos pesqueros hasta que el turismo se impuso como la principal fuente de ingresos en el decenio de 1970, en que el turismo orientado hacia la naturaleza generaba más de 1,6 millones de dólares al año, convirtiéndose en el principal atractivo para los casi 30.000 turistas visitantes del KMMPA1. Inicialmente el turismo marino en estos lugares se centró en el buceo y el esnórquel, pero diversos pescadores, acostumbrados a pasar horas en el agua, prestando atención a percibir posibles signos de productividad y de buena pesca, se dieron cuenta de que podían complementar o incrementar sus ingresos utilizando sus embarcaciones para transportar a turistas a ver las poblaciones residentes de delfines mulares del Indo-Pacífico, que los pescadores sabían que frecuentaban el área. En ambas áreas, se puso en marcha la actividad de observación de delfines y, en 2017, había 40 operadores de embarcaciones que ofrecían actividades de observación de delfines y de esnórquel para turistas nacionales e internacionales en el MWMPA y 10-12 operadores en el KMMPA.
El número de operadores turísticos de observación de delfines en el KMMPA en 2006 era considerablemente mayor, lo que contribuyó a aumentar la preocupación del Kenya Wildlife Service (Servicio de Fauna Silvestre de Kenya) (KWS por sus siglas en inglés) y los grupos de investigación locales, en el sentido de que la industria podría estar ejerciendo una presión insostenible sobre las poblaciones de delfines. Entre 2006 y 2010, la Global Vision International (GVI) se asoció con el Servicio de Fauna Silvestre de Kenya para realizar un estudio a largo plazo de un año de duración sobre los delfines del KMMPA. El estudio proporcionó la primera estimación de la población de delfines en Kenya, así como algunos resultados alarmantes: el aumento de la presencia de embarcaciones de observación de delfines se asoció con la disminución del número de delfines en el área protegida. En marzo de 2006, el mayor número de excursiones de observación de delfines alcanzado en la historia del parque (451 embarcaciones y 6.246 turistas) se vinculó estadísticamente con el alejamiento del 78% de la población de delfines locales del área de estudio2. Si bien se observó también que los cambios de temperatura estacionales repercutían en el número de delfines locales, la presencia o ausencia de embarcaciones turísticas era el elemento que en mayor medida influía en el número de delfines y los desplazamientos hacia dentro y hacia fuera del área de estudio2. Los investigadores constataron asimismo que la presencia de embarcaciones modificaba el comportamiento de los delfines, ya que empleaban menos tiempo en viajar y más tiempo en bucear, con efectos a corto plazo que no parecían tener importantes repercusiones al nivel actual de interacción, pero que podría determinar efectos acumulativos a largo plazo, en particular si se ampliaban las actividades turísticas3.
No queriendo esperar los resultados del estudio para tomar medidas positivas, el KWS con el apoyo de la Iniciativa del Año del Delfín de la CMS, propuso un código de conducta local de observación de delfines para regular el número de embarcaciones que podían acercarse a un grupo de delfines, así como las distancias mínimas de acercamiento a los mismos2. Este código, combinado con la disminución del turismo por motivos de seguridad a partir de 2008, determinó una reducción de la presión y una presencia de delfines más estable2. Los resultados de esta investigación y el claro éxito de la introducción de medidas reglamentarias en el KMMPA condujo a la Asociación Marina de Watamu (WMA por sus siglas en inglés) a iniciar un análogo proyecto de investigación en 2010. Un año más tarde, se creó la Kenya Marine Mammal Network (Red de Mamíferos Marinos de Kenya) como resultado de la colaboración entre el Servicio de Fauna Silvestre de Kenya, el Instituto Marino y Pesquero de Kenya, la Autoridad Nacional de Gestión del Medio Ambiente, la WMA y la GVI. La Red se propone deyerminar los centros de concentración de mamíferos marinos a lo largo de las costas de Kenya y utilizar los datos acumulados para diseñar una estrategia de conservación de mamíferos marinos en todo el país. Uno de los componentes de esta estrategia prevé la identificación de áreas en las que, siguiendo el ejemplo de MWMPA y KMMPA, los pescadores puedan desarrollar la actividad de observación de delfines y ballenas como fuente alternativa de ingresos y tomar mayor conciencia al mismo tiempo de las cuestiones de conservación de los mamíferos marinos.
Mire este breve vídeo que destaca la investigación basada en la conservación y la investigación sobre los efectos de la observación de delfines realizada por la Asociación Marina de Watamu y el Servicio de Fauna Silvestre de Kenya (7 minutos)
O este programa completo sobre el proyecto de delfines de WMA (45 minutos).
Paralelamente a estos acontecimientos, la población de ballenas jorobadas que migran a lo largo de la costa oriental de África (etiquetada población reproductora C3 por la Comisión Ballenera Internacional [CBI]) ha venido aumentando constantemente tras el cese de la caza de ballenas en el Océano Índico4. Como resultado de este aumento está incrementando la frecuencia de las excursiones de observación de ballenas jorobadas en la costa de Kenya y favoreciendo una floreciente industria de observación de ballenas. En 2012 se ofrecieron las primeras excursiones centradas en las ballenas en Watamu, con la participación de pescadores y al menos un centro vacacional costero que transportaban a los turistas a ver las ballenas. A partir de 2017, se realizan aproximadamente 15-25 excursiones por temporada con 8 pasajeros como máximo cada una, generando entre 15.000 y 25.000 USD en un período de dos meses. Esta actividad se ha desarrollado sin ningún esfuerzo de marketing específico, y muchas partes interesadas de la región consideran que existe un gran potencial para ampliar dicha actividad de observación de ballenas en la región.