Historia y contexto
Las ballenas Minke enanas son una subespecie no descrita de ballenas Minke presentes en todo el hemisferio sur y fueron reconocidas por primera vez en la Gran Barrera de Coral en la década de 19801. Como el propio nombre lo indica, las ballenas Minke enanas son de tamaño menor que el de otras formas de ballenas Minke (menos de 8m), y son reconocibles por sus patrones de colores distintos que incluyen diseños de remolinos y llamas no presentes en otras ballenas Minke, así como un claro parche dorsal de color blanco2.
La Gran Barrera de Coral de la costa nororiental de Australia ha constituido durante muchos decenios un popular destino de actividades de buceo con bombona o con esnórquel. En 1981 fue declarada "Zona Patrimonio de la Humanidad", y en 2016 atrajo a 2,4 millones de turistas3. En la década de los noventa, debido a que los buceadores comenzaron a frecuentar la plataforma exterior de la línea de arrecifes al norte de Port Douglas, transportados por embarcaciones de buceo vacacionales durante el invierno austral, empezaron a experimentar encuentros cercanos con ballenas Minke enanas. Desde mediados de la década de 1990 en adelante los operadores turísticos de buceo comenzaron a anunciar viajes de "nado con ballenas Minke". No obstante que el nado con ballenas estuviera en general prohibido en Australia, en 2003 la Autoridad del Parque Marino de la Gran Barrera de Coral reconoció, permitió y apoyó oficialmente un limitado programa de nado con ballenas. Se estableció un techo al número de operadores (máximo de 9 permisos) autorizados a ofrecer excursiones de nado con ballenas Minke: Todas estas excursiones tienen su base en la región de Cairns y Port Douglas.
Los permisos se conceden bajo la condición de que todas las embarcaciones que interactúen con las ballenas Minke enanas respeten un código de prácticas y contribuyan a la realización de un seguimiento normalizado de todos sus encuentros con ballenas. Se alienta también a los operadores a compartir datos adicionales de sus encuentros (fotos submarinas, etc.) con los investigadores que realizan estudios a largo plazo de la biología y el comportamiento de la población de ballenas. Más de 20 años de estrecha colaboración entre los operadores de buceo, los administradores de los arrecifes, y los científicos del Proyecto de ballenas Minke de la Universidad James Cook han contribuido a mejorar la comprensión de la población, el comportamiento y la migración de las ballenas, así como a perfeccionar la política de gestión, a fin de administrar de forma sostenible las actividades de «nado con».
Un aspecto inusual del nado con ballenas Minke es que la mayoría de los encuentros son iniciados por las propias ballenas, acercándose a una embarcación estacionaria o a los nadadores y buceadores que ya se encuentran en el agua4. Las interacciones de pasajero-ballena tienden a ser amplias y duran como promedio más de dos horas5. Para asegurar la salvaguardia de los buceadores durante los encuentros en el agua y evitar que las ballenas sean perseguidas o acosadas, se exige a los operadores que extiendan cuerdas de superficie para que los nadadores puedan sujetarse a ellas.4
Aunque se sabe poco acerca de la población y la historia de vida de las ballenas fuera de su breve agregación de invierno en la Gran Barrera de Coral, los estudios de fotoidentificación han permitido a los investigadores reconocer a distintas ballenas que vuelven a ser avistadas en el ámbito y a lo largo de las temporadas6,7 Los análisis de datos sobre la distribución, la frecuencia y la duración de los encuentros han mostrado que las ballenas se encuentran fiablemente en un número limitado de «lugares de encuentro» a lo largo de la línea de arrecifes de coral, y se ha observado a distintas ballenas volver a esos mismos lugares año tras año. Dichos lugares de encuentro han sido seleccionados con mayor frecuencia como destino de las embarcaciones vacacionales autorizadas, lo que se traduce en interacciones altamente fiables en cada temporada de junio a julio.